Segundo libro de #Undiosunderground
Como una semana después comparecí ante el juez y se me impuso una multa de Lps 65,000 (gastos médicos y abogados del cabrón) y aquello era más dinero del que había tenido en toda mi vida, no tenía forma de pagarlo, a no ser que robase un banco… o se lo pidiese prestado a mi padre, pero el viejo no quiso echarme una mano.
-Yo me gano el dinero honradamente -me dijo
- ¿Por qué voy a dártelo? Te hace falta una puta lección.
-Pero papá…
-Es por tu bien, hijo.
Fin de la discusión. El juez me condenó a tres meses en Tamara por «impago de la multa»
Si les soy sincero, casi me cago en los pantalones cuando me dijeron que iba a ir a la cárcel. Voy a la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en la aldea de Támara, Francisco Morazán. No tengo ni puta idea, que me pasará…ni que me harán, sé que no preocupa mi condición física, ni saber pelear…. De todas maneras es parte de la educación del destino del tercer mundo. Recibo las últimas instrucciones de mi papá, acto seguido me da un papelito y leo Moncho C.
Los guardias eran todos una Banda de cabrones, un completo dolor de huevos. Es más: el director general de prisiones diría más adelante que Tamara era una de las cárceles más violenta, apestosa y salvaje que había visto nunca. Le rogué a mi padre que pagase la multa, pero él se limitó a repetir que un tiempo ahí igual me servía para sentar cabeza, aunque fuera a las malas y que no era la otra cárcel “El Pozo”. Como la mayoría de los chavalos que cometen un delito, yo sólo quería sentirme aceptado por mis amigos (pendejada) recordé como lo agarré a golpes, le di con un bate de baseball al militar, lo emboscamos y mis supuestos amigos me dejaron solo. Todos esos hijo de putas, salieron corriendo, hijos de mami y papi, hijos de puta me dejaron solo, y me terminaron incriminando que era la mala influencia y que los estaba arruinando. Pensaba que lo de ser de los malos sería cool, e intenté ser de los malos. Pero en cuanto entré en Tamara cambié de opinión. En la sala de admisiones, el corazón ya no lo sentía igual,me latía tanto y tan fuerte que pensaba que me saltaría del pecho y aterrizaría sobre el suelo de hormigón. Quería sacármelo, me estorbaba ya, pensé es un peso muerto. Los guardias me vaciaron los bolsillos y guardaron mis cosas en una bolsita de plástico (la cartera, las llaves, mis lentes de sol) y se echaron unas risas a costa de mi cabello largo y negro.
-Te mirarás lindo en las duchas- Aulló el guardia regordete.
-Les vas a encantar a los del módulo de los paisas-me susurró el enano
- Disfruta de las duchas, galán. Gritó el oficial moreno
No tenía ni puta idea de a qué se refería. Pero me enteré muy rápido.
Los que nos criamos (no todos) en Tegucigalpa no teníamos demasiadas perspectivas en la vida, a no ser que tu ambición fuese irte del país y trabajar allá el alguna fábrica o restaurante y desplomarte durante los turnos de noche. Teguz es un “hole”, te levantas y miras cerros y montañas, eso te jode psicológicamente te hace apático y huraño comparados a los de la costa. Estudiamos en un país que no existe gracias a los putos políticos, Porque no hay trabajo ni putos estímulos para lo que estudiamos, ah pero los provincianos lo miran de otra forma, vienen con ambición y hambre de triunfar, y te lo demuestran y lo hacen, obvio vienen de sus pueblos como hijos pródigos, mientras los cityboys no piensan ir a l pueblo de sus abuelos o padres como hijos pródigos, pensamos más que todo llegar como terroristas en modo turista. Hemos tenido tres presidentes de tierra adentro que nos ven como tan solo como su moribundo ganado. No sé porque Teguz a veces me recuerda Aston esa ciudad británica que fue bombardeada con saña por los alemanes.
Nací en la ciudad, el 18 de octubre y me crie en el barrio La Leona cerca del centro, a unas dos cuadras de mi casa, cruzabas y entrabas al paraíso underground de los Schultz. Mi padre Ernesto Aguila era ventanero también era experto en vidrio y aluminio me decía: <<Si Jesus hubiera nacido ahora sería en vez carpintero, ventanero>>. Todo el mundo lo llamaba Mcqueen por su tremendo parecido al fallecido actor Steve Mcquen a menudo me contaba cosas, sobre políticos sucios, disciplina y técnicas de como cortar el vidrio.
Mi madre era católica, un cáncer estomacal la fulmino, el único recuerdo vago que tengo de ella era los domingos en la iglesia. Mi padre me crio en su viudez. Que dolor de huevos. Toda la cuadra de mi casa tenia ventanas estilo francés y puertas de baños con acrílico verde gracias a mi padre, a esa zona le decían la cuadra de los franceses, por sus ventanas, mi padre había sido el pionero en eso. Lo que me gustaba de mi padre es que no era como los otros padres, a él aun no lo había asesinado su trabajo, aun se miraba vigoroso y guapo, no como los otros que parecían enfermizos y huraños. Crecer con inmensos ventanales me hizo un adolescente precoz a veces engreído y alegre, miraba la vida de otra forma, hasta que me engaville.
En realidad, yo no era mala gente, aunque procuraba serlo. No era más que un chavalo que intentaba que las bandas locales le aceptasen. Recuerdo que jugábamos a cosas geniales. Una calle se enfrentaba con otra tirando piedras ó mozote y usando los cuadernos como escudos, como si aquello fuese griegos contra romanos o algo así. Fue divertido hasta que alguien se llevó una pedrada en la cara y hubo que llevarlo a urgencias con sangre manándole de la cuenca del ojo. Jugábamos también a juegos de guerra, con bombas propias: comprabas un paquete de bombas de hules, las inflabas con agua,¡Bang! Je, je, je. No todo lo que hacíamos era tan mierda como llenar de agua o arena las bombas, pero podía ser igual de peligroso.
La mentalidad del obrero era poco más o menos así: absorbías la poca educación que te ofrecían, te buscabas un puesto de aprendiz, te daban un trabajo de mierda y lo hacías con orgullo, pese a ser un trabajo de mierda. Y a partir de ahí seguías en esa mierda de trabajo durante el resto de tu vida. Esa mierda de empleo lo era todo. Y el espectro que creas uff asesina tu pobre espíritu. Luego te conviertes en un zombie ó en una mascota moribunda y si tienes una buena manada de hijos, tan solo tenes que elegir dónde poner el código de barra de tu fecha de vencimiento, muchos se lo ponen en el corazón. Mucha gente en Teguxibalba no llegaba a la edad de jubilación (30 años): caían asesinados en plena calle o avenidas. En mi barrio a los 35 ya sos abuelo si tenes suerte de seguir con vida. Sabía que los políticos y líderes religiosos te infiltraban eso, como un estilo de vida. Tenía que largarme de allí antes de caer en esa trampa y pensé al salir de Tamara, me embarcaré.
(Unkle Crazy)
Mi mejor amiga lo llamada “No caer en los baldes de los canechos” pero era muy difícil no caer
- ¿Sabes qué es lo mejor?
Levanté las manos y negué con la cabeza.
-En cinco meses me dan el reloj de oro y las prestaciones. ¡Llevaré treinta años aquí! Al imaginarme dentro de aquella sala durante treinta años deseé que los mareros soltasen la bomba y todo se acabase de una vez.
-Si tanto quieres un reloj de oro -le dije-, deberías haber robado uno en una puta joyería. Aunque te agarraran, en la cárcel pasarías sólo la décima parte del tiempo que has estado en esta fábrica de mierda.
-¿Cómo dices?
-Nada.
-¿Eh? Omar había quedado sordo de cortar tanto aluminio. Y a los dueños de la fábrica le importaba una mierda, ya tenían su reemplazo un joven de 20 años.
-NADA.
Estaba harto. Solté el destornillador, crucé la puerta pasando por delante de mi jefe, dejé atrás el portón de la fábrica y me fui directo al estanco más cercano. Y me dije
Ocupo un shortcut, un puto hacker que me de tan solo un buen un shortcut….
Pero en cuanto me enviaron a Tamara aprendí la lección. Una hora se hace eterna allí dentro, y tres meses uff que dolor de huevos. Lo primero que hice fue preguntar a qué se referían los guardias con lo de mi melena y las duchas. Todos carcajearon. Luego me pasé el resto de la semana buscando unas tijeras o alguien que me rapara el cabello, para no parecer una chica. Cada mañana, en la ducha, me lavaba con una mano sobre los huevos y la espalda pegada a la pared. Estaba nervioso. Si se me caía, el jabón se quedaba en el suelo. Se iba a agachar su puta madre. Pero no sólo me preocupaba que me diesen por el ass, en esa área siempre rondaban la banda del “Pajazo macabro boy”, extremos degenerados de mierda. Hijos de puta que practican el arte onanista viéndose el orto en un pequeños espejo. Allí dentro, si jodes a quien no tocaba con tan solo verlo, podían matarte. Busqué en el patio a los paisas más grandotes y tuanis y les entretuve con mis anécdotas, y pendejadas. Esa fue mi protección…
El interior de la prisión era idéntico a como lo imaginaba: el estruendo de las puertas al cerrarse, el tintineo de las llaves y el caos mental… Había diferentes niveles para distintas categorías de reclusos. Yo estaba en el ala de los paisas y en el nivel superior (Casablanca) allí se concentraba el poder y la plata, Asesinos, corruptos, pimps, líderes del crimen organizado, pedófilos, conejitos de indias, atracadores de bancos… allí podías encontrar indeseables de todo tipo. Era increíble la cantidad de cosas que conseguían meter de contrabando en Tamara. Tenían cerveza, drogas cigarrillos, a veces hasta chicas… de todo, aunque el tabaco de cualquier tipo era muy buscado. Fumar ayudaba a matar el aburrimiento, que es tu peor enemigo en la cárcel. Allí dentro, hasta las colillas babeadas valían una fortuna y no digamos un litro de aguardiente cuyo precio rondaba los $ 50 . Hacerse tatuajes era otra manera de pasar el rato...
Uno de los reclusos me enseñó a hacerlos sin aguja de verdad ni tinta china. Con un bolígrafo me dibujó un retrato de Simon Templar en el brazo (era fan de El santo desde que empezaron a emitir la serie en 1962) y luego utilizó una aguja de coser que había escamoteado del taller y un poco de betún derretido para marcar el tatuaje sobre la piel. Cuando salí de Winson Green empecé a tatuarme por todas partes. Incluso llegué a ponerme una carita sonriente en cada rodilla una vez que quise entretenerme mientras estaba sentado en el retrete. Otra cosa que aprendí en prisión fue a dividir cerillas. Eran un bien bastante escaso, y la gente había descubierto la manera de sacar cuatro de una partiéndolas con un alfiler. Recuerdo que pensé que si tenían el coco suficiente para hacer cosas así, ¿cómo era posible que ninguno fuese millonario?
El recuerdo más vívido que conservo de Tamara es la llegada de Hector “Dumbo”. Era un pederasta muy conocido, le decían “Dumbo” por ese famoso elefantito, le habían asignado una celda en el nivel que estaba por encima del ala de los paisas. Sobre la puerta de la celda colgaron un cartelón: «OJO». Aquello significaba que estaba bajo supervisión las veinticuatro horas del día para protegerle de otros reclusos. A la menor oportunidad le habrían desmembrado todo. Pero los guardias odiaban a Hector “Dumbo” tanto como los presos (estaba en prisión preventiva a la espera de ser juzgado por 30 cargos de abusos sexuales a menores, incluidos sus propios hijos) y hacían lo que estaba en su mano para asegurarse de que su vida era un infierno. Una vez vi a un cabron Moncho C. enorme, con una serpiente tatuada en la cabeza, darle una paliza al Dumbo, y los carceleros miraron para otro lado sin decir nada. El primer puñetazo debió de partirle la nariz. La sangre, los mocos y el cartílago le corrieron por la boca mientras aullaba de dolor luego le metió un tubo por el orto
Moncho C. es el rey de allí, a veces solo te lanzaba un par de granadas y boom, llevaba más de 100 asesinatos, todos pandilleros. Pero al “Dumbo” le tenía preparado algo mejor.
Mi trabajo en prisión consistía en distribuir la comida. Los presos entraban con bandejas compartimentadas y yo les servía los frijoles con arroz o los demás mejunjes repulsivos (sobras en puré) que se hubiesen cocinado aquel día. Siempre que Héctor entraba, el guardia de turno se me acercaba y me decía: «Aguila, no le des ni mierda». Y yo entonces no le servía casi nada. Dumbo tenía que entrar acompañado en el comedor para evitar que le pasara algo, pero no siempre funcionaba. Recuerdo que una vez, cuando llevaba semanas sin recibir casi nada para comer, le dijo al mae que servía la fritanga:
-¿Me puedes poner un poco más, por favor? El otro se le quedó mirando, hundió el pesado cucharón que manejaba en la olla de arroz y frijoles, lo sacó, tomó impulso y se lo estrelló en la cabeza. ¡Zas! La nariz todavía no se le había curado desde el último ataque y volvió a explotar. Héctor “Dumbo” gritaba y lloraba y gemía como un cachorrito cocker, pero el guardia le dio en las nalgas con el fusil y le dijo que no interrumpiese la fila. A partir de entonces, Dumbo se negó a salir de su celda. Aquello les suponía un problema a los guardias, porque el reglamento establecía que había que registrar las celdas cada tarde y vaciar todo y fregar los suelos cada mañana. Por eso, cuando el director de la prisión vio que Dumbo no salía ni a comer, empezaron a oírse un montón de silbatos, insultos y alarmas. Yo estaba en la cocina en ese momento. Un guardia se nos acercó a mí y a otro recluso y nos dijo:
-Vos y vos, quiero que saquen a ese cacho de mierda de su celda y lo lleven al baño. Y quiero que lo laven.
No sé cuánto tiempo dejaron que Dumbo se pudriese en su celda antes de dar la alarma, pero visto el estado en el que se encontraba debieron de ser unos cuantos días. Había orines y mierda por todas partes. El propio Dumbo estaba cubierto de mierda. Entonces lo sacamos a rastras y le metimos al baño el agua fría lo revivió. Luego utilizamos las escobas del patio para limpiarlo. Tenía la cara amoratada e hinchada y la nariz hecha un Cristo garabateado. No hacía más que lamentarse y llorar.
Durante uno de mis últimos días en la prisión Marco Aurelio Soto, iba caminando por el patio cuando vi a alguien a quien conocía.
-¡Hey, Melcito! -grité.
Mel levantó la vista, sonrió y vino hacia mí sacudiendo los brazos para entrar en calor mientras fumaba un purito.
-¿Aguila? dijo
Mierda, cabrón, ¡sos vos!
Melcito había estado trabajando conmigo en la fábrica de aluminio. Era uno de los de seguridad interna. Compartimos buenas borracheras, viajes a conciertos de bandas de metal a Sivar y buenos vinilos de música. Nos gustaba en putas Slayer. Me preguntó cuánto tiempo me quedaba, y le conté que me habían sentenciado a tres meses, pero que gracias al trabajo en la cocina y a que había ayudado en lo de Hector el Dumbo iban a dejarme salir tras seis semanas.
-Buen comportamiento –dije
¿Y vos?
-Cinco -dijo dándole otra fumada al purito.
-¿Semanas?
-Años.
-No me jodas, Mel. ¿Qué hiciste, asaltar a Joh?
-Robé unas cuantas camionetas Prado.
-¿Buena plata, cabrón?-¿Cinco años por esas camionetas?
-Tercera condena. El juez dijo que no había aprendido la lección.
-Mierda cabrón. Se oyó un un silbato y uno de los guardias nos dijo que nos moviésemos.
-Nos vidrios, Aguila.
-Eso, ya nos veremos, Melcito.
Mi padre hizo bien no pagando la multa.Soy un hijo afortunado.
Después de pasar por Tamara no me quedaron putas ganas de volver a prisión, y no he vuelto. A las postas sí. Pero a la cárcel ni de verga. Dicho esto, sí he estado a punto un par de veces. No estoy orgulloso de haber cumplido condena, pero es parte de la educación del destino, vivo en un narcoestado pobre y alucinique caí en la trampa con la gavilla y pagué,pero ahora estoy listo para embarcarme en vessels cargueros ¿sabén? Por eso no intento fingir que nunca sucedió, no soy un 100% fantoche, como otra gente que conozco. Si no hubiera pasado esas seis semanas en la cárcel, sabe Dios lo que habría acabado haciendo. Quizá habría terminado como mi amigo Animalboy, el amiguito con el que robaba manzanas en el mercado San Pablo, que fue metiéndose en cosas cada vez más y más serias. Se juntó con una gente muy mala y full milpa. Creo que se dedicaban a las drogas. No conozco los detalles porque nunca pregunté. Cuando salí de la cárcel fui alejándome de Animalboy y tipos que tenían que ver con la policía, drogas y las leyes, porque no quería tener nada que ver con asuntos así de turbios. Pero de vez en cuando me encontraba con él y tomábamos unas cervezas. Era buen cabrón. A todos nos encanta el mal ajeno de la gente, pero Beckham Ronaldo( que así lo nombró su padre) aca Animalboy era buena persona. Simplemente tomó algunas decisiones equivocadas hasta que finalmente fue demasiado tarde. Acabó siendo testigo de protegido, es decir, aceptando una sentencia reducida a cambio de delatar a alguien más importante, un toron. Luego, cuando sales de prisión,(especialmente La Tolva)el Estado te proporciona una identidad nueva. Le enviaron a vivir al sur, o a otro sitio igual de remoto. Estaba bajo protección policial las veinticuatro horas del día. Pero tras años de esperar a que saliese de Tamara, su mujer entró en crisis y frustración y le pidió el divorcio. Animalboy se metió en el garaje, conectó una manguera al tubo de escape y la metió por la ventanilla del conductor. Luego se subió al auto y esperó a que el monóxido de carbono lo mandara al más allá. Tenía treinta y tantos años
(Unkle Crazy)
Cuando mi padre se enteró de que intentaba unirme a la marina mercante se ofreció para ayudarme, a pagarme todos los cursos. El me conocía sabía que me gustaría, sabía que era bueno con los idiomas Incluso mi padre sabía que por mis habilidades entraría fácilmente. De modo que me llevó hasta la casa de George Brooks, agente de marineros, era también un Rum Runner, había estaba embarcado por más de 40 años, era un viejo lobo de mar y juntos escogimos el vessel que sería el mejor para mi ser. Era el Vessel Rio Grande con capitán hindú, cargaba Volkswagen, toda su línea: Audi, Bentleys,Lamborghinis, Golfs,Escarabajos, Passats, Seats, Skodas, Porsches,Bmws,y camiones Scania y Man. Espero que mi padre supiese lo muy agradecido que estuve por aquello, porque además ni siquiera le gustaba el mar ni la música que yo escuchaba. A menudo me decía: «Mi pirata, déjame que te cuente algo sobre los cruceros, hijo. No duraras ni cinco minutos. No tienen de esas melodías que te gustan. No se puede cantar ese ruido en un barco de cruceros»
Me divertía mucho que dijese no tenían «melodías». Hay que estar sordo para no apreciar esas melodías…
"Es que la mocosa puede leer el inconsciente, las barreras defensivas y las represiones de la gente como el doctor Freud”
Uno de los marineros ucranianos se les acercó, hizo una reverencia, le arrebató a uno de los filipinos su gorra y la lanzó al mar. Los otros compañeros hicieron lo mismo con el sombrero del otro filipino. Los dos pobres hombres quedaron atónitos, sin saber qué hacer, si reír, llorar o esconderse en las estibas y nunca más salir de ahí. Pensé en meterme y desviar el pleito, pero el vessel era como una prisión me recordaba a veces Támara, mejor shh shh y me contuve. Los jóvenes asistentes del chef británico, que platicaban con los marineros estallaron en carcajadas. Entre más se reían, más los otros se animaban. "¡Excuse me my friend, chicken and rice! Al calor de los gritos, el marinero más alto empezó a patearlos y a decirles que se fueran de cubierta. "No queremos a los cerdos filipinos en este barco, ¡vayan y hagan compañía a las ratas!" Vino un silencio sepulcral en segundos nadie hacia bromas, y la jerga de los idiomas y los acentos se esfumaron con la brisa marina…
"¡Pandilleros salvajes y cobardes!”- gritó en perfecto ucraniano "¿Por qué no le tiran mierda a la salvaje de su madre?" gritó el segundo capitán
Él se les acercó se quitó el sombrero y frente a ellos se lo lanzó a uno de ellos:
"Tírelo al mar, grandísimo cabrón, un tipo desarrollado con cerebro de pollo, aprovechado y banal, tírelo y tómese una selfie y dígame que se siente". Ellos se marcharon apenados
El segundo capitán decidió quedarse para mirar el mar, como si esperara encontrar las gorras de los filipinos.
En medio de mi mudez oía el ruido del mar y de las enormes máquinas propulsoras, ahora mi tranquilidad era como la torre de Babel se había partido en dos, caído y hundido en el azul océano y nadie hablaba más. Ahora tenía que estar listo, porque sentía que no sería fácil, especialmente con los ucranianos.
Así terminó mi primer trabajo en el mundo de los vessels. La idea de conseguir un empleo de verdad en el mundo de los cargueros era chiste cruel y racista. Ser capitán era una de esas cosas imposibles, como llegar a astronauta o a especialista de oceanografía o tirarte a Dakota Johnson. Aun así, desde aquella vez que canté Seeman reisen de rammstein en una fiesta familiar había estado pensando en unirme a la marina.
La tormenta paso, fue una hermosa sinfonía de luces y tonos ver los rayos a lo lejos caer, Zeus le hablo a Poseidon. De día, en general, el cielo estaba gris y el mar también gris a veces el cielo quedaba despejado y el mar azul como mi grandioso caribe a veces tenía un tono verde como de cardenillo. Las noches se mostraban espléndidas, llenas de estrellas la Osa Mayor y Casiopea a veces me parecían el fondo de pantalla del videojuego Tetris claro entre las estibas(contenedores) y las cadenas. Otras noches el mar parecía dormir bajo el cielo lleno de nubes pesadas iluminadas por la luna, era triste ver a los marineros llorar, deprimirse y enloquecer por lo general eran los más rudos, los filipinos carecían de eso, eran juguetones, cariñosos y positivos, pero también ambos bandos pensaban que yo no sentía nada, que solo con el alcohol era amigable y que tenía una especie de alma rusa, que drama…Y por supuesto no era así, desde que mi madre murió, me hice así, como que esa alegría normal se fugó, era como un planeta en un extraña caravana….
El marinero cubano estaba chiflado pero era buen narrador, cuándo no hablaba de su estatus de “pinga loca”, me gustaban sus historias en particular la de los Los carabalis : oye chico, parece que habían elegido como dios al tiburón. Es un dios como otro cualquiera. En otras partes de África tenían como dios al cocodrilo, al gato, a la serpiente, al cordero,al toro y hasta a la anguila. El elegir el tiburón no estaba mal. Los carabalís hacían un sacrificio humano mensual a su dios, cosa muy plausible. Para rendir tal tributo se verificaba un sorteo, y al que le tocaba ser sacrificado le depositaban en la casa del reyezuelo hasta el día de la fiesta religiosa…
(Unkle Crazy)
Soñé que estaba en Sevilla, la ciudad ofrecía un espectáculo sensacional. Iban a asesinar a un supuesto aventurero y ex terrorista, asesino de un famoso dictador del tercer mundo. La plaza de San Francisco sería, como aquellos tiempos, el lugar de la ejecución. Los grupos de curiosos a medida que el sol iba penetrando en la plaza se tomaban selfies y sonreían.
Los vendedores ambulantes vocearon con voz aguda:¡Naranja, más dulces que el almíbar! ¡qué no, hay policías!
Se instalaron puestos de churros y de buñuelos, y en las tabernas próximas se mandaron bandejas con ”tajadas de bacalao frito” La plaza se iba llenando de desocupados, de rateros, hippies, artesanos, mujeres de vida airada, de mendigos y de mujeres de pueblo con niños en brazos. Saqué mi móvil y tomé una foto al pobre individuo, luego observé el display le hice zoom
Y observe que el tipo era Yo….
¡Están comiendo monte como el ganado!- fue el grito que di cuando miré a dos chavalos deleitarse con la caña de azúcar. Yo no conocía la planta y no comprendía cómo en Centro América podían comerla. Luego se sentaron dónde estaba el niño. Recuerdo que eran tres hermanos, Carlos el hermano intermedio, por su parte, se había comido un banano con todo y cáscara Juanita la hermana mayor pelo el aguacate con las uñas con una manera magistral, el pequeño Juan escupía las semillas de las guayabas. Y yo traté de pelar el aguacate que casi me quiebra un diente con la semilla. No conocía verduras como el ayote, el camote, y la yuca. Tampoco conocía los frijoles negros ó rojos, pastosos con un sabor a tierra mojada, pero cuando estaban calientes tenían sabor delicioso a aroma tropical, parte de la dieta de su nación. Un majar delicioso tan solo era mi primer viaje como marino, ya con los años regresé y me hartaba las baleadas. Tomo un sorbo de su Té y pensé gracias segundo capitán por compartir sus recuerdos y su tiempo, Luego se sentó el chef británico y dijo
-Para tu cumpleaños haremos un manjar popular de tu nación…
-Que sean baleadas interrumpió el segundo capitán.
Lo único que sabía es que había una lata marcada con una calavera y dos tibias cruzadas..
Hamburgo
Bajamos del tren en la Hamburg Hauptbahnhof y habían enviado un taxi Mercedes Benz para recogernos (Atlixco Vessel). Fue la primera vez que me subí a un Taxi marca Mercedes Benz. Sentado en el asiento trasero, como el rey de La Milpa, iba pensando: «Hace un año servía bazofia a criminales en Támara. Y mírate ahora».
El truco para pasarlo bien de verdad en el distrito de San Pauli era encontrar una chica de por allí y quedarte en su apartamento para no tener que compartir un hostal con los pedos, ronquidos y la temática nocturna de tus compañeros.Me sentía ya otro absorbí tantas cosas, No nos importaba mucho la pinta de las chicas: a ver, nosotros tampoco éramos gran mierda, éramos unos marineros jugando a piratas. Y si te invitaban a cervezas, drogas y te daban tabaco, que mejor. Y si no te invitaban a cerveza y no te daban tabaco, hacías todo por robárselo. Es más, en más de una ocasión utilizamos al cubano como señuelo, porque era el único a quien se querían beneficiar todas las chicas, claro bailaba salsa, hablaba alemán y era pinga loca . Lo que hacíamos era que él subía a nuestra habitación y se apercollaba con una de las chicas, y entonces yo entraba arrastrándome, a lo comando, pecho tierra, me acercaba a su bolso y le sacaba todo el efectivo que encontraba. No estoy orgulloso de ello, pero de algo había que vivir, joder. Estábamos en el abandono esperando un Vessel y el Seemans Eins de Hamburgo estaba a tope. Solíamos ponerles nicknames a aquellas chicas, y visto ahora supongo que éramos algo malditos. Bastantes hijos de puta, en algunos casos. Por ejemplo, me follé con una tipa a la que todos llamaban «Mcdonals girl» porque pensaba que en América solo eso comíamos, es normal que pensaran eso, aparte de eso tenía una nariz más grande incluso que la del segundo capitán. Yo y Mcdonals Girl no duramos mucho. A la mañana siguiente, me llevo a Mcdonals,ja,ja,ja ya cuando a una teutona lleva a un latino a Mcdonals significaba que habías coronado, luego me llevo a su piso, follamos y gritaba:
¡Me muestras el puto sol
En este clima mierda!
Se levantó, se preparó una taza de café y me dijo:
-Me voy a trabajar. Puedes quedarte, pero no toques nada, ¿verstehen? claro, eso es lo peor que pudo decir. En cuando hubo salido por la puerta me puse a revolver por los armarios preguntándome qué es lo que no quería que encontrase. Y efectivamente: en el fondo del armario encontré un uniforme nazi perfectamente planchado. Debía de haber sido de su padre o algo así. En cualquier caso pensé: de puta madre, mierda, te ha tocado una Mcdonal´s girl nazi infernal. Y me tomé una selfie junto al uniforme después encontré el armarito de los licores y al cabo de nada estaba desfilando bien pedo. Al cabo de una hora, me aseguré de que el uniforme estuviese perfectamente doblado y fingí que no había pasado nada. Pero cuando la Mcdonal’s girl volvió, poco antes de mediodía, supo que algo había pasado. Se fue directa al armario, abrió de golpe las puertas, observó el uniforme y se puso como loca. En menos de nada me estaba lanzando las latas vacías de cervezas y me echó del piso.
y pensé Fijo que llamara migración por este puto desorden.
Éramos marineros no una banda de rockstars para chikis ricos. En los karaokes nos tiraban colillas y botellas de cerveza, no ropa interior con puntillas. Como me gustaba cantar wonderworld de Oasis, me ponía en posición estilo Liam y me embullia en ese mundo. Otra que cantaba era “al partir” de Nino Bravo, los rusos se cabreaban,
¡Se escucha triste, esa mierda! vociferaban, sí que costaba sacarme de ese trance tenían que armar pelea para quitarme el micrófono.
También solíamos bromear diciendo que las únicas groupies que venían a nuestras fiestas eran «operación bolsas» porque había que ponerles dos bolsas en la cabeza antes de follarlas: una no bastaba. Llegaban cougars bastantes cougars que en su primera juventud jamás nos hubieran hablado, querían restauración total una nueva forma desfandada de ver la vida, el cubano era el experto y las McDonalds girls querían sentir el sol tropical.
Yo, si tenía mucha suerte, me levantaba a una de esas chicas. Las chicas que al final de la noche querían liarse conmigo siempre eran las McDonalds girls.asi era mi mundo, y en el todo mi circulo(Vessel) era como una banda de rock and roll. Si no hubiera sido porque mi padre me ayudo con los cursos en la marina y con el agente Brooks, nunca habría tenido la más mínima oportunidad. Hamburgo nos trató como putos estrellas sucias del underground marítimo.
Bremen
Yuri siempre decía: ¡Hay artistas que fueron creados por la sombra del sentimentalismo borreguil y la lastima de los grandes… no son duros como el bambú, sus ideas son hileras de otras ideas te embotan la mente. Miré hacia la Estatua gótica de Rolando. La leyenda dice que Bremen seguirá siendo una ciudad estado libre mientras la estatua de Rolando siga en pie.Y recordé que Estábamos en Bremen, en la feria navideña, la chica se me acerco, era compatriota, me saludo con tanta gentileza, destilaba escandalosamente su olor a perfume y crema, entre sus brazos llevaba champane caro, habanos cohiba y chocolates, ella seguía sonriendo y conversando sobre la navidad. No le prestaba atención. Yuri se acercó, se tapó la nariz, que ibas a pensar de un segundo capitán, de un vessel carguero y que enciende todo con fósforos, porque odia a muerte los encendedores inmediatamente la ignoró y tan solo dijo:
Es hija de algún narco político, cómo puede derrochar a lo estúpido viniendo de un país tan... hizo un pausa vi los ojos desorbitados de Yuri. Ella escuchó todo, sollozo, dio media vuelta y salió en veloz carrera, tal como su padre lo hace, cuando le cuestionan sus negocios estatales. Yuri es un dolor de huevos a veces…
Horco maldito grité
Pizdiet!!!
“You didn´t promise any gold, did you?”
Manchester
Estábamos en el Puerto de Quays, andábamos una resaca que apenas caminábamos, teníamos unas semanas libres, donde pasaría en la granja del padre de Mark el chef, ganar un par de libras esterlinas como matarife no está mal, me apunto con el dedo conoces ese estadio
Old Trafford dije
Indeed, Manchester cunts! Exclamo luego carcajeo y estalló la pelea en el bar. Eran putos Hooligans, el pedo que esa tarde el Manchester United había perdido, recuerdo que un cabrón me tenía atado por la nuca y estaba intentando arrancarme los dientes a puñetazos, y lo único que podía oír en el jukebox era aquel troll de música “Despacito”, mientras un tipo grandulón con una voz como si tuviera los huevos remordidos con alicates gritaba algo sobre «extrañas y malas vibraciones». Y mientras tanto, el hijodeputa que intentaba matarme me arrastra hasta la calle, y sigue con el pedo de darme puñetazos en la cara, y yo noto que se me hincha el ojo y que me fluye sangre de la nariz, e intento revolverme para darle sus puñetazos al muy hijoputa, lo que sea para quitármelo de encima, y alrededor tenemos un círculo de hijos de puta gritando: «DALE, DALE». Y de repente: ¡BOOOOM! Cuando abrí los ojos me vi semiinconsciente sobre un montón de cristales rotos, con grandes trozos de piel arrancados de mis manos, rostro y piernas, mi jean y el trench coat hechos mierdas, la gente gritando y sangre por todas partes. No sé cómo, durante la pelea habíamos perdido el equilibrio y caímos de espaldas a través del vidrio de una inmensa vitrina. El dolor era increíble. Entonces vi una cabeza rapada rodando a mi lado. Un último botazo… VAYA BIENVENIDA AL PUERTO DE QUAYS DE MANCHESTER.
Me pasé casi toda la noche en el hospital mientras me ponían puntos. El cristal me arrancó tanta piel que perdí medio tatuaje, y los médicos me dijeron que las cicatrices en la cabeza se me quedarían de por vida. No era problema, siempre y cuando no me quedase calvo entonces el chef tuvo un ataque de risa
(Unkle Crazy)
Cuando llevas algún tiempo (días) trabajando en un matadero, ves la carne de manera diferente. Recuerdo que después de pasar una faena dura, aburrido de los sándwiches de Tesco y Morrison, un día quise hacerme un entrecot de ternero a la parrilla. Unas vacas que divagaban en el prado contiguo se me acercaron para olerme, como si supieran que había algo raro. Empecé a sentirme muy culpable por el entrecot. “Estoy seguro de que no son parientes de ustedes”, les dije, pero no quisieron irse. Al final me jodieron mi picnic. No se siente uno a gusto comiendo un entrecot de ternero en compañía de una dulce vaca. A lo lejos la vi era Samantha la hermana de Mark, que gozaba viéndome conversar con las vacas. Aun así, me encantaba el trabajo en Manchester. La gente con la que trabajaba estaba muy loca, miraban la vida como un experimento y siempre con ganas de echarse unas carcajadas y como les gustaba la música soy de los que confían mucho en personas que les gusta la musica. Y en cuanto habías terminado tu turno podías irte a joder. Y así, si empezabas temprano podías salir a las 11 o las doce de la mañana. Recuerdo que nos pagaban los jueves y nos íbamos directos al pub. Tenía que esperar tres semanas, hasta que llegaran a recogerme la crew del Vessel(India Bonita). Gracias el chef Mark tenía trabajo en el matadero de su padre, si no hubiese estado aburridísimo esperando el vessel. Otra de las ventajas de mi trabajo es que enfrente tenía un Pub abierto toda la noche, el Midnight Oasis. Allí tocaban música Brit pop, metal y soul,( todos los chicos que llegaban, tenían su mata de cabello al estilo Beatles y Stones )de modo que cuando salíamos del pub a la hora de cerrar podía seguir bailando y brincando hasta las cinco de la mañana, hasta el boom de dexedrina, a veces pensaba que yo era una lata marcada con una calavera y dos tibias cruzadas ja,ja,ja. En Manchester la manera que están distribuidas las calles son en forma irregular, eso te hace pensar en su población, en la frecuencia de sus pensamientos, sus patrones de conducta y sus cambios, sus gustos, sus instintos y sus vicios, mantenerse sobrio era difícil, y más cuando estas en una de las cunas de la música, del ocultismo y del fútbol, siempre me detenía en el muelle de Quays, todo era como un sueño, uff de allí me iba directo al matadero y seguía de matarife de cerdos…
(Unkle Crazy)
#Xibalbastar
Samantha era la hermanita del chef, a veces me ayudaba en el matadero, siendo la hija consentida del dueño, poco le importaba eso, eso sí, como típica británica farandulera me hacía preguntas que me hacían recordar mierdas de mi país, que no quería recordar, yo solo tenía una red social que poco usaba, pero ella no lo entendía yo solo le sonreía y respondía
Sabes tengo muy pocos amigos de colección, lo demás es pura selva. También era muy sensible con la diversidad racial, un día le saco un puñal a un “ginger” cabrón que me dijo Terrorismoboy ja,ja,ja
Comenzamos a salir a ella le gustaba mucho Blur y a mi The Stone Roses, ella nunca daba nada por hecho. Lo llevaba en la sangre: así se había criado. Alguna vez me contó que en su familia o nadaban en la abundancia o estaban a dos velas. Un día tenían un Rolls-Royce y huevos de diamantes en cada habitación, y al siguiente tenían que esconder el coche y les confiscaban los huevos. En aquella casa vivían en un constante todo o nada. Ella me solía decir:
Todo “sí” o “no” es ganancia. No era cagueta.
Una noche en el pub situado frente a mi trabajo, Samantha y yo empezamos a follar como locos. No podíamos parar. Y no es que procurásemos vernos con discreción, precisamente. Todos a nuestro alrededor sabían exactamente lo que estaba pasando. Había noches en las que Sam salía por una puerta y Caroline entraba por la otra. Yo vivía perpetuamente agotado, con dos mujeres a las que atender. No sé cómo se las arreglan los franceses y mis paisanos latinos. Cuando estaba con Sam, por ejemplo, más de una vez la llamé «Samoline», lo que me costó más de un gran berrinche y un par de celulares. Me costó pero deje a Caroline, era un infierno andar con dos mujeres y con tanta puta red social, para descubrirte. Algunos decían que Sam era bruja, ella me introdujo a la Golden Dawn y Thelema y por supuesto me llevo a Escocia a la Boleskine House de Aleister Crowley
Sam me dijo que ocupaba un makeover yo carcajeé, luego llamó a un peluquero (un enano) para que me decolorase el cabello. Me lo rapó y me hizo el mohawk teñido en rojo, había que hacer ese tipo de extravagancias. El enano, era un tipo a todo dar, me morí de la risa cuando me dijo que había actuado para blanca nieves y lo sietes enanitos. Era también un cabrón curioso, Drew Allen . Tenía una cabeza de tamaño normal, y cuando estaba sentado frente a vos en la barra del pub se te olvidaba que no le alcanzaban los pies al suelo. Pero cuando se emborrachaba perdía el equilibrio, y de repente desaparecía, se oía un boom. La gente se ríe, pero ahora, cuando vas por la calles, no sabes quienes pertenecen a determinado grupo étnico por ejemplo los latinos y musulmanes casi todos tienen la misma puta pinta (ese corte a lo cristiano Ronaldo o Messy) Tenía un peinado y corte punk, por lo menos parecía jodido ó especial. También tengo que decir que mi vestuario llegó a ser algo punk junto un abrigo largo color naranja. Pero Samantha me hacia sentir que era el sol del trópico sobre Manchester…
Adonis,en aquel entonces vivía exiliado en Manchester, Inglaterra y parecía estar sacándole el máximo provecho alardeaba de haberse follado unas mil chicas estando allí. Pero aquello no dejaba de ser una especie de prisión para él, porque añoraba mucho Honduras. Se acercó a nuestra mesa con una camiseta donde se leía “Roatan: un lugar maravilloso al que escaparse”. Pero lo único que hacía era preguntar:
¿Qué tal se está en Honduras, eagle? ¿Aún existe esta tienda? ¿Líder, y aquella cantina del centro la cerraron? ¿Y aquella cerveza, o aquella otra? ¿Y se murió tal político? ¿El hijo de tal?
Trataba de verlo de otra forma, ser positivo, pero aquello me daba hueva. Nadie en su sano juicio quería darle atención, y lo que hacía entonces era invitar a turistas latinos a su casa, generalmente (Couch surfers) cobrándoles quince libras por persona, ja,ja,ja lo sé no es el espíritu del Cs a veces dejaba que le invitasen a cervezas y algo de ganya(era un jipi mariguano) y les contaba la historia aburrida de su exilio político. Que muchos decían que no era cierto. Después se echaba a llorar y afirmaba:
-Quiero volver, este clima me vuelve loco, ayúdame. Y boom Sos basura, sos cruel, ¡Maldito hijo de puta! ¡INSENSIBLE! ¿De qué bando estas?, ayúdame por favor…todo era un torbellino de frases incoherentes.
La gente cree que al final consiguió salirse con la suya, pero yo no creo que fuese así. El pobre era muy infeliz. No me sorprendió nada que finalmente volviese a Honduras, aunque supusiese que sería asesinado ó iría directo a prisión. La patria es la patria…
como en voz en off
Cada batalla sufrida acá, es ganancia en el más allá
Al principio no quería ir, volver a una prisión fuck!, que dolor de huevos, aunque no había entrado en una cárcel de verdad desde que salí de Támara. Los barrotes de acero, las balconadas, incluso los guardias parecían idénticos sino fuese por sus ojos y color de piel, pero lo que de verdad me trajo todos los recuerdos fue el olor: como un olor a caca y orín pero multiplicado por 100. Era tan fuerte que llegabas a lagrimear. No soy capaz de imaginar cómo puede haber alguien dispuesto a trabajar en uno de esos sitios. Me imagino que casi todos son veteranos del ejército y que están acostumbrados. Nos habían invitado al concierto navideño porque en la prisión tenían una banda, The Jailboys, formada por el tío de Sam, los guardias y presos, era una causa benéfica, el tío de Sam era un tipo alegre y simpático que me ofreció una taza.
Le pregunté:
-¿Cuánto tiempo te queda aquí dentro?
-No, no voy a salir nunca de aquí. Seguimos charlando un rato mientras me bebía el té, pero al final la curiosidad me pudo y le dije:
-¿Qué hiciste para ser condenado a tanto tiempo?
-Asesiné a cuatro cabrones, los envenené. Respondió sin inmutarse
-¿Eres hijos de algún dictador, narco ó político corrupto?
-Ja,ja,ja no respondí y prosiguió con ojos desorbitados
- ¿cómo son las prisiones en tu país?
-Sobrepobladas afirmé
-Esta, es como caminar en el park, mate! sentenció luego sonrió.
El concierto en sí fue surrealista. El olor a ganya en la sala donde tocaban estuvo a punto de tumbarme. Olía como en una boda jamaicana. Al final todos cantamos
Live forever de los Oasis, sabía que era mi última noche en Mánchester, al día siguiente iría al puerto, mi vessel (India bonita) Tribulación británica, búlgara y escocesa, ya estaba allí, Sam entendía y sabía que pronto regresaría…
(Unkle Crazy)
#Xibalbastar
La india bonita (Vessel)
Apreté la bufanda de claro azul (del Manchester C.) contra mi pecho, era un suvenir de ella, la olí, observe a los lejos a Samantha, pensé en que ella había tenido una educación bien cultivada, decía: “la arquitectura era música congelada” también podía reconocer belleza en lo sencillo, pero siempre odie el drama de las despedidas, el protocolo social del adiós, sentí un inesperado escalofrío, sonreí mientras me mantenía estático como estatua de barro en la proa del vessel con la vista fija en Sam, acto seguido mire al Adonis ondeando una banderita de Hondura, luego mire hacia las aguas contaminas que se alejaban de nosotros tan solo por un par de días. Era época navideña, Mánchester me había tratado meraV, la temperatura era elevada y sofocante, con intenso frio durante algunos momentos del día, el aguacero sufrido en las primeras horas de la mañana solo dieron ganas de té, galletas y sexo. Ese efecto a veces del viento da aquella sensación de dulce incomodidad en el cuerpo. Íbamos rumbo Ámsterdam allí tenía un par de primos “Los magayos”. Tras varias horas de discusiones con toda la tripulación sobre el clima y el definitivo desagüe de nuestro malestar, el sol nos envió un par de rayos, para nuestro engranaje mental, eso nos hizo cambiar el semblantes, que se dejaba notar a bordo de forma agradable, tan solo me encontraba en la situación soñada y beneficiosa, era un vessel hermoso y esplendoroso, con dominio absoluto sobre los océanos, Para bien o para mal de mi alma, no siempre lo que observo se enrosca a mis sentimientos internos. Y ese era mi caso, para bendición o maldición. Pocos minutos después el chef Mark me dio una Guinness, nos tomamos una selfie, este se la envió a Sam. Mark bailó como si fuese un niño alegre y cantamos
The memories will stay
The brain will start to fade
Bored on
With God on Benzocaine
Oh Benzocaine…
El amor es un perro del infierno…
Ámsterdam
Bienvenidos al puerto Haven van Amsterdam dijo el capitán. Al salir del vessel eché un vistazo de la ciudad. El uber esperaba por mí. Tenía tan solo un par de horas libres. Ámsterdam me parecía una desvencijada neo-hippie milf vestida de verde en aquel joven y dulce invierno, llena de artesanías con murmullos de espíritus bobos que fumaban ganya sin parar, falsa, frívola, adormitada, hermosa y caprichosa claro pensaba así, era obvio que andaba ebrio y tristón. Había quedado en verme con los primos magayos en el café mariguano Abraxas. Instinto sexual pensé y realmente me sentía embotado.
El uber se estacionó cancelé y avancé.
Abrí la puerta allí estaban los primos magayos, se levantaron y alegremente nos dimos un abrazo.
¡Magayo de raza! gritaron y carcajearon
Con amor desde Támara dije y volvimos a carcajear. En ese café no había ambrosia milénica que pusiera nervioso al espectro de los individuos. Lo que perturbaba en ese club mariguano era algo eterno talvez, era la ganya, que le daba la atmosfera de intensa inmortalidad.
La italiana rubia mordía el brownie y pedía que le encendieran un cigarrillo. El magayo Joseph no le hacía caso. El magayo Edy se sacudía en vano quería agarrar el ritmo de la música reggae, yo sentado bajo todo ese humo, observaba como la luz cruzaba el techo y los tubos de las chimeneas, tenía ganas de traspasar los empañados ventanales franceses, que me recordaban a mi padre, pero también pensé en atravesar esas tragaluces e irme a Mánchester. Joseph seguía armando el porro, mientras que el otro, observaba el vigoroso cuerpo de la italiana. A través de la ventana, observaba la concurrida calle y vi surgir en medio de una languidez empañada, una vieja Cameron Diaz, todavía bella, ávida, aunque también perezosa, de ardientes caricias pero todo se esfumo, un grupo de personas la abordaron luego miré que la chica italiana se levantó, (tal vez fue el cambio de música de reggae a salsa) se enderezó y flexionó el brazo y los músculos de los hombros y, como si hubiera esperado aquel instante, gritó
Ahora estoy montada en un cohete que surca la luna, ¿eh?
Vámonos a la calle roja…Tengo que seguir trabajando
Y una sensación de recelo
-Fuck them all! —Grité.
Que hermoso, increíble clima… El agua está tibia. ¿Por qué no te tiras, mira la luna cabrón? -y me sumergí. Y vi como una burbuja de peces se desvaneció y me imagine los rayos de la luna acariciándome al cerrar mis ojos. Nadé hasta el Vessel
- Vamos Chef -insistí-.
Entra en el agua mate!. Entonces Mark se quitó su ropa, sentado en el fondo de la proa y se lanzó con agilidad y perfección al agua.
-¿No es maravilloso? -le grité. Mira aquí.
-Espero ver sirenas dijo el búlgaro y se sumergió y apareció a lo lejos
-Es mejor que no nos alejemos mucho del vessel -dijo nerviosamente-, no está anclado. Él nadó hasta donde le brillaba el collar al búlgaro.
-20 pounds a que te gano -desafió-
-¿Seguro? tres, dos y uno, escuché. Me contenté con flotar de espaldas y pensar en Sam, mientras él seguía nadando junto al búlgaro.
¡Ya! Las 20 pounds. Gritó el chef
Me di la vuelta y me sumergí y miré que con un solo movimiento se subió dentro del Vessel y allí se paró, alzo los brazos como para que la luz de la luna lo fundiera en plata. Yo Respiré profundamente mientras cerraba los ojos a la luna, quería sentir su luz y energía, esa energía que tanto Sam me mencionaba. De repente todo comenzó a esfumarse en la niebla, El vessel India Bonita, se volvió como una inmensa sombra de metal, el viento comenzó a soplar tan fuerte, que arrancó la bandera, el chef me gritó, no entendí nada y entonces recordé que “La India Bonita” no estaba anclada y me preocupe.
-Kaputt! Kaputt! gritó el bulgaro.
Pantalan ng Maynila
-¿Embarcados en Manila?
-En fin. Recuerdo cuando el presidente psicópata de las Islas Filipinas, nos invitó a una reunión, sobre sus leyes marítimas, y cada párrafo que leía lo interrumpía diciendo:
Voy a fusilar a todo político corrupto, ya lo hice y lo seguiré haciendo. Me levanté y aplaudí obvio andaba pedo. Allí conocimos a Mani Pacquiao, es enano, pero un caballero, después nos emborrachamos y divagamos por Manila como maniáticos, cada filipino que veíamos o saludábamos se nos acercaba, nos mostraba el display del celular y nos decía:
My sister is waiting for you!
Puto barrio rojo filipino (Ángeles City ) teens de vida airada y híbridas, la mayoría de padre australianos, nunca las reconocieron, abandonadas, raras y hermosas, bueno y lo único que se me ocurría comer era Chicken and rice! Tal como me lo enseñaron mis amigos filipinos en el vessel “Rio Grande”. El mandatario filipino tuvo conocimiento de nuestra partida hacia Dublín, y teniendo en cuenta que el Vessel seguía anclado, entró en contacto con el capitán ucraniano. Como colaboraba en llevarle un par de estibas(contenedores), a otro Vessel(Filipino), que estaba en reparación, el capitán accedió a sus deseos, exigiendo un cobro razonable. De esa forma, embarcamos sus estibas (contenedores) y nos fuimos con destino a Bremen luego a Dublín. También llevábamos mercaderías de la costa China, tales como sedas finas, lujosas porcelanas, mercancía pervertida como: muñecas inflables, dildos, bolas chinas y otros accesorios de alto valor....... continuara...
darkbarahona@gmail.com