martes, 5 de abril de 2016

#undiosunderground

  



  


 Un Dios subterráneo es una “nobela” inaugural que nos cuenta la historia de una generación atrapada entre los lóbregos brazos de la drogadicción, el alcoholismo, la promiscuidad, el crimen, la pobreza o la riqueza, el abandono, el dolor, el desamor y la muerte. En ella, su autor nos ofrece una visión decididamente contemporánea y sin decoros de las desenfrenadas prácticas de una juventud que ha vivido en el límite de los extremos como un conjunto de energúmenos frenéticos que jamás respetaron las etapas de la vida, que se saltaron todo, que vivieron demasiado rápido para hacer honor a las frívolas sentencias de héroes inverosímiles como Jack Keroauc, William Burroughs o Jim Morrison, y que anduvieron por el mundo bajo las tóxicas consignas de: vive rápido, muere joven, y tendrás un cadáver bien parecido.
No es de extrañar entonces que el aparecimiento de este maravilloso trabajo de verdadera creación literaria, más que de mera reproducción de palabras, se convierta con el tiempo —como le sucedió a Miller—, en una novela fundacional que dé inicio a una nueva tradición narrativa en Honduras y acabe con otras;  sólo porque cada final es un nuevo comienzo, y porque, en palabras del autor, “todo fin será siempre lo más cercano”.


Albany Flores Garca